jueves, 9 de diciembre de 2010

Come Lunas - Sergio Astorga


Cada vez que el infinito se abre como un mineral y la noche enseña una cordillera de puntitos luminosos de oriente a poniente, el come lunas, con un apetito redondo y un paso intensivo, sale de su cáscara, se le olvida el habla y con sufrida sagacidad persigue el haz de luz que danza entre los híbridos verdes del bosque.
Al llegar al estanque, el corazón del sapo comienza su latido de agua; un montón de luciérnagas se marchan y el come lunas, con dos palomas como manos, abre la boca y su aliento de rama machacada, inunda de hechizos atmosféricos las diferentes fases de la luna.
Cuando veas una senda de alfalfa en la cintura de los cielos y diagramas de plata en tus papeles, recuerda que el come lunas esta inflamando sus pulmones.

2 comentarios:

  1. Antes de que me llene de luna, muchas gracias mis impuros amigos.

    Abrazos polifacéticos.
    Sergio Astorga

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  2. ¡Maravilloso!
    Bello este comelunas latiente de aguas.
    Dan ganas de entragarse.
    Pero...
    Abrazos lunáticos,
    Izaskun

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