martes, 21 de diciembre de 2010

La fiesta es la fiesta - Carlos Suchowolski


Decidieron salir todos juntos a celebrarlo, pero no hallaron ni un solo claro de bosque ni una sola discoteca donde hacerlo: estaban todas a tope (con el aforo desbordado) por culpa de los vivos, que habían salido a celebrarlo primero. Así fue que, después de tantos años de paz de cementerios, volvieron a escucharse broncos tambores de guerra.

3 comentarios:

  1. con tantos muertos silenciosos, un poco de tambores nos viene bien ;)

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  2. Mientras no pasemos a lo que anticipan... Gracias Claudia por el comentario: ¿Y... te resultó interesante?

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  3. Ah, no quiero dejar de agradecer la ilustración: me ha gustado... si cabe, je...

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