martes, 28 de diciembre de 2010

Karen - Samanta Ortega


Ya estoy en casa, dice Ignacio. Karen, su hija, tiene el delantal puesto. ¿Estás cocinando?, pregunta sorprendido. Sí, la comida que más te gusta, responde con ojos grandes, que brillan. ¿Y tu madre?, Ignacio se afloja la corbata. En su habitación, creo. Karen espera unos segundos antes de volver a hablar. ¿Entonces, me llevarás mañana al cine y luego a cenar? Karenita, te dije que tengo planes con tu madre. Le acaricia la cara.
Ignacio entra en la habitación. Todo pasa muy rápido. Su mujer está cubierta con el edredón y es verano. Se acerca, le destapa la cara para besarla. Tiene los ojos abiertos. Quita poco a poco el edredón, descubre el cuerpo teñido de rojo. El centro del pecho tiene una grieta profunda. Ignacio la coge en sus brazos unos instantes gritando, pierde el equilibrio. Tambaleándose por el pasillo va dejando huellas de sus manos ensangrentadas.
En el comedor, Karen ya tiene la mesa puesta para los dos. Los platos servidos. Ignacio la sorprende encendiendo la vela que está en el centro de la mesa. Al apagar la cerilla, Karen le sonríe.

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