martes, 21 de diciembre de 2010

Aurora boreal – Gabriela Baade


En mi cabeza a veces se encienden luces, serpentean, ondulan. Busqué en una biblioteca a qué podían deberse esos caminos de luciérnagas, y encontré varias cosas.
Para los esquimales la aurora boreal es un sendero sinuoso y muy peligroso que conecta con el cielo. Se puede subir pero bajan otros espíritus.
En Finlandia piensan que son las colas de los zorros que corren en Laponia, chicotean en el hielo y desprenden chispas.
Lo mío parece ser un problema en el ojo, conexiones trastocadas en el nervio que discurre hacia el cerebro. Escotoma centelleante, me han dicho que se llama.
Yo me pierdo en mis luces internas, y corro con los zorros, y saludo a los espíritus que suben y bajan. Mucho más entretenido que un cortocircuito de morondanga.

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