–¡Hip! ¡Hiiip!...
–Señor presidente, ¿es usted?
–¿Sí?... ¿Aló?...
–¡Señor presidente!
–Sí, hola, hola. El presidente norteamericano a la escucha. ¿Qué desea?
–Le habla el coronel Bates, del NORAD, señor.
–Ya lo sé; tengo identificador de llamadas, ¿o qué creía?
–Necesito autorización inmediata para declarar DEFCON 1, señor. Esto no es un simulacro. Necesaria autorización para DEFCON 1, ¡ASAP!
–¿Ahora qué pasó? ¿Es que no puedo irme de vacaciones sin que arruinen de mala manera un rascacielos, o engalanen con pelos y tripas las alambradas de la Zona Verde? ¡Por Dios!
–Señor presidente, los radares de vigilancia del SAC lo han confirmado: los rusos lanzaron una andanada de sus Topol-M con cabezas nucleares múltiples. Aún no hemos precisado dónde, pero en diez minutos tocarán el suelo de los Estados Unidos de América.
–¿Y qué quiere que haga? ¿No les aprobé aquel presupuesto para un escudo? ¡Despliéguenlo entonces y comprueben de una vez si resiste o no! A que resiste, ¿va? Quejicas
–¡El Escudo Antimisiles no es…! El escudo no estará operativo hasta el año próximo, señor. Actualmente procurar la intercepción de los Topol-M sería una quimera. La única alternativa: dé usted su consentimiento para ripostar con nuestros ICBM en pleno. Batiremos cada palmo del territorio ruso antes que los cabrones vacíen sus silos.
–¡Juaj! “Ripostar”, dice el hombre. “Batiremos cada palmo”, dice.
–¡Señor, sí, señor!
–Pues resulta, Bates, que atendiendo a una invitación del Primer Ministro, me encuentro de visita en el Kremlin. ¡Impresionantes las cúpulas de la catedral de San Basilio…! ¿Considera descabellado reproducir ese elemento arquitectónico bulboso en el Pentágono?
–¿Está solicitando en código su extracción de la zona hostil, señor presidente? Si afirmativo, despídase de mí con el más ecuánime “Adiós, Don Pepito” de que sea capaz, e ipso facto congelamos el tema Bin Laden y despachamos hacia allá un comando Delta. El mejor.
–¡Ni extracción ni el mismísimo Al-Qaeda en su salsa, coronel! No hablaría tan barato si estuviera en esta cena de recibimiento; con caviar, Voronov y todo lo que le cuelga;En fin, ¿cuál era su pedido?, ¿DEFCON 1? Concedido. Eso sí, de poco le valdrá pulsar el Botón por su cuenta. Siempre que vengo a Moscú echo en la maleta el Remoto Rojo; y ni bien vi su nombre en el móvil, me entró un no sé qué y apreté la teclita de Inhabilitar Sistema.
–Pero… señor presidente... las perspectivas a corto plazo del escenario estratégico-táctico no pueden ser más desfavorables. Usted es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas; deme siquiera una sugerencia.
–Y se la doy, claro que se la doy. Intente a como dé lugar ;(insisto, coronel Bates: a como dé lugar) sacudirse el “Don Pepito” que le endilgaron. Denota falta de carácter y no contribuye a elevar la moral del Ejército. Por lo demás, yo que usted saldría de la oficina a la chita callando y atraparía el primer helicóptero que me pasara por delante. Hace un momento un generalote alzó su copa y me pareció que brindaba por que “¡Kohetova splôtashvili Guachintoski!” –¡Hurraaa!– ¡Hip! ¡Hiiip!… ¿Aló?... ¿Aló?...
–Señor presidente, ¿es usted?
–¿Sí?... ¿Aló?...
–¡Señor presidente!
–Sí, hola, hola. El presidente norteamericano a la escucha. ¿Qué desea?
–Le habla el coronel Bates, del NORAD, señor.
–Ya lo sé; tengo identificador de llamadas, ¿o qué creía?
–Necesito autorización inmediata para declarar DEFCON 1, señor. Esto no es un simulacro. Necesaria autorización para DEFCON 1, ¡ASAP!
–¿Ahora qué pasó? ¿Es que no puedo irme de vacaciones sin que arruinen de mala manera un rascacielos, o engalanen con pelos y tripas las alambradas de la Zona Verde? ¡Por Dios!
–Señor presidente, los radares de vigilancia del SAC lo han confirmado: los rusos lanzaron una andanada de sus Topol-M con cabezas nucleares múltiples. Aún no hemos precisado dónde, pero en diez minutos tocarán el suelo de los Estados Unidos de América.
–¿Y qué quiere que haga? ¿No les aprobé aquel presupuesto para un escudo? ¡Despliéguenlo entonces y comprueben de una vez si resiste o no! A que resiste, ¿va? Quejicas
–¡El Escudo Antimisiles no es…! El escudo no estará operativo hasta el año próximo, señor. Actualmente procurar la intercepción de los Topol-M sería una quimera. La única alternativa: dé usted su consentimiento para ripostar con nuestros ICBM en pleno. Batiremos cada palmo del territorio ruso antes que los cabrones vacíen sus silos.
–¡Juaj! “Ripostar”, dice el hombre. “Batiremos cada palmo”, dice.
–¡Señor, sí, señor!
–Pues resulta, Bates, que atendiendo a una invitación del Primer Ministro, me encuentro de visita en el Kremlin. ¡Impresionantes las cúpulas de la catedral de San Basilio…! ¿Considera descabellado reproducir ese elemento arquitectónico bulboso en el Pentágono?
–¿Está solicitando en código su extracción de la zona hostil, señor presidente? Si afirmativo, despídase de mí con el más ecuánime “Adiós, Don Pepito” de que sea capaz, e ipso facto congelamos el tema Bin Laden y despachamos hacia allá un comando Delta. El mejor.
–¡Ni extracción ni el mismísimo Al-Qaeda en su salsa, coronel! No hablaría tan barato si estuviera en esta cena de recibimiento; con caviar, Voronov y todo lo que le cuelga;En fin, ¿cuál era su pedido?, ¿DEFCON 1? Concedido. Eso sí, de poco le valdrá pulsar el Botón por su cuenta. Siempre que vengo a Moscú echo en la maleta el Remoto Rojo; y ni bien vi su nombre en el móvil, me entró un no sé qué y apreté la teclita de Inhabilitar Sistema.
–Pero… señor presidente... las perspectivas a corto plazo del escenario estratégico-táctico no pueden ser más desfavorables. Usted es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas; deme siquiera una sugerencia.
–Y se la doy, claro que se la doy. Intente a como dé lugar ;(insisto, coronel Bates: a como dé lugar) sacudirse el “Don Pepito” que le endilgaron. Denota falta de carácter y no contribuye a elevar la moral del Ejército. Por lo demás, yo que usted saldría de la oficina a la chita callando y atraparía el primer helicóptero que me pasara por delante. Hace un momento un generalote alzó su copa y me pareció que brindaba por que “¡Kohetova splôtashvili Guachintoski!” –¡Hurraaa!– ¡Hip! ¡Hiiip!… ¿Aló?... ¿Aló?...
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