martes, 14 de junio de 2011
Mendigos - Gilda Manso
Yo mato mendigos. Lo hago desde hace un par de años. Nadie desconfía de mí por dos razones: tengo plata, y los mendigos, cuando conviene, son invisibles. Cuando digo que tengo plata me refiero a que tengo una posición económica privilegiada; soy el nieto del fundador de una de las mayores fábricas del país. Diseño de indumentaria. Mi abuelo se forró, y yo heredé todo. Bah, mi viejo heredó, pero es lo mismo. Yo nunca trabajé. Estudio Comunicación Social para hacer algo, pero no le doy mucha bola. Prefiero jugar al rugby o salir con mis amigos. Me gusta mucho el deporte, soy una persona sana.
Empecé a matar mendigos hace un par de años, te decía. La cosa es que siempre me molestó verlos ahí, en la calle, tirados en los espacios públicos. Eso es algo que me indigna: el mantenimiento de los espacios públicos lo pagamos con nuestros impuestos, y no me interesa ver un mendigo todo roñoso en una plaza. A veces veo que Acción Social va, los sube a una camioneta y los lleva a un comedor o a un albergue para que se bañen. Es el colmo, la gente trabajadora que levantó este país de mierda paga los impuestos y estos crotos comen gratis y duermen en las veredas de todos. Por eso los mato. Porque no soporto las injusticias. Aparte pensá que les hago un favor: tienen una vida terrible, ¿para qué quieren seguir viviendo? Les hago un favor a ellos y al país. Algún día me gustaría hacer algo en política, no sé, ser senador o algo así. Creo que el mundo necesita más gente como yo.
Gilda Manso
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