lunes, 27 de junio de 2011
Despedidas – Sergio Gaut vel Hartman
Vio una masa negra, oscura, uniforme que avanzaba hacia él, y se sintió impotente para demostrar que todavía era un luchador, que deseaba dar batalla. ¿Cómo transformarse en alguna fuerza poderosa, en algo que permitiera que la amenazante invasora advirtiera su presencia, que lo tuviera en cuenta y se decidiera a pelear? Se movió con dificultad en la cama en la que pasaba sus últimos días. Fue suficiente. La vela cayó de su pedestal y la enorme sombra de la cucaracha se difuminó en la penumbra. ¡Lo he logrado!, exclamó sin palabras. No le pasó por la cabeza la idea de que el infortunado blátido, cargado de veneno, también se estaba despidiendo de la vida.
Sergio Gaut vel Hartman
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