Harto ya de la cháchara de su mujer, Gustavo buscó el control remoto con la vista, lo hallo sobre la mesa ratona, lo tomó con firmeza y apretó el botón rojo. No ocurrió nada. Tamara siguió hablando como si él no la hubiera desactivado. ¿Qué pasa?, se preguntó; esto debería funcionar. La miró boquiabierto y ella se dio cuenta.
—¿Te ocurre algo, amor?
—No, es decir… sí. Hace casi un año sustituimos a las mujeres por similoides, una línea de criaturas biónicas que lanzó al mercado la Hommen Inc. ¿Se agotaron las pilas del control remoto que no te puedo apagar?
—¡Ay, tontito. Eso es lo que les hicimos creer. El CCF…
—¿CCF?
—Comando de Contraespionaje Femenino. El CCF detectó la maniobra de los hombres con suficiente antelación y los sustituyó a todos por simuloides de la Femmen SAC.
—Pero yo… yo siempre… siempre apretaba el botón rojo y…
—Era necesario guardar las apariencias, bebé, por lo menos hasta que el reemplazo fuera completo. —Tamara sacó el control remoto del bolsillo y lo apretó con convicción, suspirando emocionada.
jajajaja muy bueno!
ResponderEliminarespero que no nos apaguen así...