“Veo la costa de Ítaca” dijo Ulises a uno de sus hombres con una sonrisa indescriptible, pero al llegar a la playa encontraron una tierra extraña poblada de hombres cobrizos que les saludaban alegremente dándoles la bienvenida agitando espejitos de colores.
“¡Puta Madre!” gritó Ulises al borde de la ira. “Algún boludo desconfiguró el GPS y vinimos a parar a la loma de la mierda".
Sobre el autor
En todo lugar y en toda época hay uno de estos. Antonio ha hecho muy bien en ponerlo en evidencia.
ResponderEliminarMuy buena la idea
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