jueves, 31 de marzo de 2011

Mitología comparada - Juan Manuel Valitutti


Narciso pasaba las horas contemplándose en las aguas de un arroyo. La ninfa Eco había intentado seducirlo y había fracasado, y otro tanto había hecho el joven Ameinias, con igual resultado.
Pero Carmilla no se andaba con vueltas…
Tan pronto experimentó el cruel rechazo, se abalanzó sobre el muchacho y lo mordió en el cuello.
Narciso despidió a la vampiresa con violencia inusitada —se le hacía imperioso retornar al acuífero espejo— y se arrastró hasta la orilla.
Horrorizado, comprobó que el adolescente a quien amaba se había marchado sin dejar rastros.
Entonces tomó la espada… ¡y se dio muerte!

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