miércoles, 30 de marzo de 2011
El futuro pasado – Guillermo Vidal
Una foto de La Falda, Córdoba, en blanco y negro. Mis padres en sus primeros años de casados, ella con un peinado batido tipo casco, él formal aún junto al río y yo junto a mi juguete preferido, del que no me separaba ni para dormir. Podía verse una sombra ubicándose de manera torpe para sacarles la foto, también soy yo en uno de mis viajes al pasado. Ellos contaban que este extraño se llevó el juguete que yo amaba, el camión a pilas nuevito y muy caro que me habían regalado para mi segundo cumpleaños. Lloré una semana entera y les arruiné las vacaciones. Se volvieron, mi padre cansado me dio una paliza, ella me defendió y se golpeó al caer rompiéndose la cabeza, vino la policía, él en cana recibe un puntazo, queda hemipléjico y postrado, mi madre lo cuida y trabaja de mucama todo el día, yo voy pupilo. Nos recuperamos cuando “un tío” nos lleva a vivir con él, mi viejo no dice una palabra durante veinte años. En el comedor estaba enmarcada la foto de los tres en aquellas terribles vacaciones, con la sombra del extrañó que se ofreció a sacarla y el culpable de todas sus desgracias; me lo contaron cientos de veces pero hice el viaje igual, como decía mi viejo, no iba a ceder por el capricho de un borrego malcriado y llorón. Lo tengo en la repisa nuevito al camión, lo rescaté por motivos más que justificados, ese monstruo rompía todos mis juguetes.
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