miércoles, 23 de marzo de 2011

Célula terrorista - Eduardo Mancilla


El grupo estaba dispuesto a sembrar el pánico a como diera lugar, por el simple placer de la venganza y el retorno al reconocimiento público.
Habían planificado acciones tenebrosas y sanguinarias. A punto de dar su primer golpe, solo uno llegó a la cita. Al rato y por celular, fue recibiendo las excusas. Drácula extravió su dentadura postiza, Frankenstein quedó inmóvil por una artrosis de cadera, a la Momia se le enredó el vendaje, el Hombre Lobo tuvo un súbito ataque de pulgas. Suspendido el atentado, al Muñeco Maldito no le quedó otra que regresar a la juguetería.

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