miércoles, 9 de febrero de 2011

La coartada perfecta – Guillermo Vidal


—Elemental mi querido Watson, siempre es el mayordomo, en este caso del Señor Wells, aprovechando la ausencia de su patrón hacía uso de la máquina del tiempo adelantándose para asesinar y luego volviendo atrás. Su coartada era perfecta, por eso no podíamos conseguir pruebas que lo ubicaran allí, el nunca salía de su casa mientras sucedían. Se reía de nosotros presentándose en las escenas de los crímenes.
—¿Y esto como lo supo?
—Por el polvo depositado sobre la maquina, cuando visitamos la casa. Todo el resto lucía impecable. Recién regresaba de asesinar y llegamos antes que tuviera tiempo de borrar el rastro. La grava coincidía con la hallada en el último callejón donde encontramos destripada a la prostituta.
—¿Por qué no lo detuvimos?

—¿Crees que es posible probar que la máquina del tiempo funciona sin que nos consideren dementes?, —Watson guardó silencio— ¡elemental querido Watson!, lo mismo pensaba yo.


Guillermo Vidal

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