martes, 15 de febrero de 2011

El aparecido - Abelardo Cid Topete


Toda la gente comentaba de él, lo veían en las mañanas o ya entrada la tarde, solo, taciturno, con una flor en la mano, en ocasiones decían que lo habían visto llorar, a fuer de tanto verlo dejó de ser un susto, le hablaban y é l no hablaba, no oía, llegaba a sentarse a la puerta de la misma casa.Un día un niño les dijo que lo había visto llorar escuchándolo decir: ¿Por qué te fuiste mi amor, por qué no regresas? Me dicen que te han visto, vengo a diario y no te encuentro, solamente veo tu fría tumba.

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