viernes, 11 de febrero de 2011

Exilio - Esteban Moscarda


La realidad se cae a pedazos. El caos comienza a volver lentamente. Empezó con un atardecer de cinco lunas, un sol fofo y una tierra haciéndose algodón. Siguió con las personas transformándose en otras cosas, en hadas, en centauros, en escorpiones galácticos. Y empeora. Cada día que pasa cuesta más reconocer las ciudades, los caminos, la cultura. La única chance que tenemos es escapar. El único lugar seguro que queda es el Sueño. Ya tenemos listas las hipnonaves. Ojalá no sea demasiado tarde.

Sobre el autor: Esteban Moscarda

Imagen: Tilia Arbora, de Vanlubeck en deviantArt

10 comentarios:

  1. Muy bueno: me encantó el concepto de hipnonaves.

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  2. Coincido con JM. Un concepto novedoso, o en todo caso poco usado, y nada, en microrrelatos. Moscarda: usted se va para arriba, aunque no queda claro si usará alas propias o una de sus hipnonaves...

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  3. Vaya cuento. Impresionante, Esteban. Muy, muy bueno.

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  4. Gracias, muchas gracias en serio, un honor viniendo de ustedes...
    Tengo un garage lleno de hipnonaves, si quieren los llevo a dar una vuelta por los suburbios de Hipnotia, una de las ciudades del país de los sueños...

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  5. Paso. Los viajes en hipnonaves me dan vértigo. No soy capaz de visualizar el fondo de un sueño y los abismos me abisman.

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  6. Si pones buena música en la nave... habrá que valorar esa idea!!!

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  7. ¿Música flamenca, tal vez? ¿No será demasiado rítmica? Temo que el ritmo circadiano de los viajeros se altere, desviando la nave de su rumbo, haciéndola pasar por uno de los temidos agujeros blancos oníricos. No sé: yo evitaría la música o, si resulta imprescindible, que sea de Satie o Debussy.

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  8. En "2001 Una odisea espacial" se demostró que las naves navegan de una forma suave y deliciosa al ritmo de Strauss.
    Con Satie o Debussy no lo he probado aún, pero debe funcionar igual de bien. Me inclino más por el segundo y su música llena de espacio vacío.
    Y el flamenco... eso es otra cosa. Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde hace unos meses, es una música de compás diabólico y complejo, de sonidos negros, de furia, de rabia, de dolor. Pero, desde luego, haría naufragar a cualquier nave. Así que tampoco lo recomiendo.

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  9. |Muy bueno, Esteban! Imaginativo. Ahora, respecto de la música, me place mucho Satie y Debussy, pero me parece que a esas naves se las controla mejor con Led Zeppelin o Die Toten Hosen. No creo que lo onírico sea obligatoriamente imposible de melodizar. En todo caso te invito a la nave de Drummer, pero sólo si tienes nave de retorno.
    Además, para los que tienen fondo negro en sus sueños, les comento que hay en el mercado fondos de pantalla somnífera que arreglan eso y no da más vértigo.
    ¡Aplausos!

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  10. Primero, y parafraseando a Sergio, me alegra y me honra que un cuento mio de lugar a tamaño intercambio de ideas...gracias a todos...
    Segundo, en cuanto a la música, depende por donde andemos. En algunos barrios de Dreamland se escucha mucho Fripp, Rypdal, Levin...
    En otros, se prefiere escuchar "Escalera al sueño" o "Rock and Roll somnoliento".
    Ahora, para Sergio, si así lo desea, acompañaremos la travesía con "Preludio a la siesta de un fauno" o "Obertura para la borrachera de una ninfómana"...

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