miércoles, 9 de febrero de 2011

Escribir Zen - Alvaro Ruiz de Mendarozqueta


Leyó que la meditación Zen era el camino para llegar al Tao; probó con arco y flecha y con presentaciones en computadora. Siguió con la ceremonia del té y con el aikido en donde encontró a su más estrepitoso fracaso.
Decidió que intentaría un nuevo camino: la escritura zen. Como no sabía japonés y menos aún caligrafía, sólo se sentó a escribir. Escribió haiku. Meditaba frente a una pared antes de escribir.
Entonces vio que escritura zen sería ‘fracasó con el aikido, escribe zen’.
Murió sentado en posición de Buda frente a una hoja que decía Zen.
Su cara sonreía con la placidez de haber encontrado la literatura.
Desde ese día los escritores evitan la palabra Zen.
Es comprensible, temen morir.
Pero el precio que pagan es muy alto: nunca encuentran su literatura.


2 comentarios:

  1. Zen, una delicia de cuento con el juego circular de la temática y la palabra. Muy bien logrado.

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  2. La literatura es eso: nuestro Zen accesible...

    muy bueno, Alvaro...

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