viernes, 22 de abril de 2011

Un fuerte olor a podrido 2 - Sergio Gaut vel Hartman & Miguel Dorelo


Es terrible no sentirse limpio, se dijo. Lo obsesionaban todas las cosas que podían convertirlo en un ser inmundo: las bacterias, las liendres,los nanoseres microscópicos que las compañías de alimento siembran en las viandas para controlar a las personas desde el comienzo de la liberalización productiva.Soy un descuidado montón de piezas indebidamente esterilizadas, casi cien kilos de materia contaminada; una criatura febril y sucia al mismo tiempo, no aguanto más los picores en el cuerpo, todos mis fluidos corporales sublevados, deslizándose por mi carne, empapándome hasta los huesos,esta repugnante sensación de estar inmerso en un gran tonel lleno de estiércol. Y sobre todo me resulta totalmente imposible soportar este fuerte olor a podrido que ya invade todos y cada uno de los rincones de mi féretro.
Yo pedí expresamente ser cremado. Y no me han hecho caso.

2 comentarios:

  1. muy bueno gente...pero el olor, como el crecimiento de las uñas, continua luego del final...

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  2. Gracias por la parte que me corresponde, Esteban.A veces con solo hacer caso a lo que nos piden se pueden evitar momentos desagradables;no es este el caso, claro.
    Una buena experiencia a cuatro manos, creo yo.

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