Llegó ante Caronte y se dió cuenta de que no tenía un cobre. Por suerte, al meter la mano en uno de los bolsillos de su alma encontró la tarjeta de débito con la que había muerto. ¿Acepta tarjeta?, le preguntó al barquero. Sí, le respondió secamente este. Entonces, aliviado, se sentó en la barca final. Qué bueno que el sistema financiero haya trascendido a la vida, pensó mientras las costas de la Tierra se alejaban lentamente.
Esteban Moscarda
Estos banqueros no desaprovecharían nunca una oportunidad de negocio.
ResponderEliminarMuy bueno, Esteban!
¡Ya lo intuía, yo! Caronte es caro como transporte así que más que barquero es banquero y por eso te lleva al muere. ¡Gracias por esa lúcida anécdota, Esteban!
ResponderEliminarCaronte, en realidad, es un usurero, solo que cobra sus créditos cuando los deudores mueren...
ResponderEliminarGracias gente por comentar...