martes, 12 de julio de 2011

La bella insomne – Guillermo Vidal


Le contaron que de niña una bruja no invitada a su fiesta de nacimiento la maldijo y no podría dormir jamás. En la corte se turnaban para acompañarla, ella entretanto aprovechaba su vigilia forzosa para aprender todo lo que estaba a su alcance y trabajaba sin parar nunca. Cuando cumplió la edad enviaron por príncipes a otros reinos pero ninguno era capaz de seguirle el ritmo y caían rendidos.
—Dejen de mandarme tarambanas, el último príncipe era un botarate, con nariz de mequetrefe, no duró despierto ni dos días seguidos y después durmió una semana entera antes de abrir un ojo —gritó la princesa harta de los pretendientes; ella estaba segura de poder gobernar sin un consorte, la pasaba muy bien en sus horas libres leyendo sobre artes, ciencia, política, economía, sabía de todo y podía responder cualquier cosa que se le preguntara, lo único que la princesa todavía no podía responder era acerca de cuál vendría a ser la parte mala de la maldición.

Guillermo Vidal

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