En un rincón oscuro y ominosos del fondo del universo y de cuyo nombre prefiero olvidarme, un ser tenebroso y oscuro juega un juego que quizás pueda ser aquél que los hombres denominan "dados". Lo observo, agazapado detrás de un viejo y carcomido abedul, entre vahos de un olor nauseabundo, cuando de repente gira su horrible cabeza hacia donde me encuentro. En sus ojos veo reflejadas cosas tan horribles que jamás han sido ni siquiera vislumbradas por ser humano alguno. Creo que me ha visto y posiblemente estas sean las últimas palabras que escriba en este mundo.
Miguel DoreloImagen de Imzel
una pieza maestra como un dado bien jugado...
ResponderEliminaresperamos tus cuentos desde el otro mundo
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