martes, 28 de diciembre de 2010

Ruidos pesados en el vecindario – Nanim Rekacz


La escuché llegar antes de que transitara frente a mi puerta. La camioneta, con un par de parlantes encima, recorría despacio el barrio. Era la hora de la siesta, pero eso no parecía importarle. Yo estaba regando el jardín, y ya por la esquina empecé a distinguir qué decía la voz de imitador de locutor, que estiraba las vocales y vociferaba como si no supiera que, además, sus palabras serían reproducidas con amplificadores.

–Graaaaaaaaaaaaaan pelea, esta noche, se enfrentaraaaaaaaaaan, en lucha pareja, el Iiiiiiiiindio Huincacheo, el puño implacable de Mendooooza, con Ráaaafaga Beniiiiiiiiiiiiiitez, nokeador de Tucumáaaaaaaaaaan. ¡No se lo pieeeeeerdan! ¡En el Salón Vecinal de Villa Esperaaaanza, a las veinte hoooooras! ¡¡Será un combate i-nol-vi-daaaa-ble!

Se interrumpíó un instante la voz del anunciador y en un enganche preciso, contundente, como un cross a la mandíbula, o a la boca del estómago, o a la conciencia, o a la memoria emotiva, se escuchó aquella canción espléndida de Carlos Toro, con música de Manolo de la Calva, popularizada aquí por Ataque 77, justo en el estribillo, donde dice:

Resistiré para seguir viviendo,
soportaré los golpes y jamás me rendiré
y aunque los sueños se me rompan en pedazos
resistiré, resistiré.

–No se olviden, –volvió la grabación del anunciado– esta noooooche, la úuuuuuultima pelea del aaaaaño, en el Salón Vecinal, el Iiiiiiiindio Huincaleo y Ráaaaafaga Beniiiiiiiiiiiitez, dos pesos pesados que harán temblar el riiiiiing!

La camioneta se alejaba, reapareció la música…

Resistiré para seguir viviendo
me volveré de hierro
para endurecer la piel
y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
soy como el junco que se dobla
pero siempre sigue en pie
.

Y se perdió a lo lejos…

Seguramente en un rato volverán a pasar –pensé.

Y me preparé para resistir.

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