domingo, 11 de septiembre de 2011

Hombre blanco – Patricia Nasello


La Luz Mala se asoma a través de los juncos, observa el reflejo del río y comprueba que su fulgor supera a las estrellas.
Esta evidencia le alcanzaría para ser feliz.
Pero él la obliga a vivir sobresaltada.
Cierta noche, cruzando el río sobre un caballo blanco amarillento, llegó un hombre blanco armado con un puñal al que la luz de la luna confería un halo azul.
Lo clavó en el pecho del indio, lo clavó en el pecho del toro y se fue llevándose el corazón de los dos.
Con el filo de su puñal cada vez más romo y el brillo de su tez más azul, de tanto en tanto regresa.
Y repite la historia.
Cuando ella escucha los cascos del bayo de él acercándose desde la otra orilla, corre a ocultarse entre los huesos.
—La muerte es un escondite inexpugnable —murmura siempre.

Sobre la autora: Patricia Nasello

9 comentarios:

  1. Pues han publicado un micro que escribí en tiempos tormentosos en un día que conlleva una carga emocional muy dura para mí. GRACIAS

    Patricia

    ResponderEliminar
  2. Patricia no dejas de sorprenderme. Gracias y besos desde el aire

    ResponderEliminar
  3. Rosa, Esteban, gracias y abrazos a repartir

    ResponderEliminar
  4. Muy interesante y tiene mucha fuerza. Hay un detalle que me llamó la atención aunque puede que haya sido a propósito: decís "caballo blanco amarillento" y casi enseguida "hombre blanco". Es necesario el color del caballo y que sea blanco? quizás haya que remarcar esa duplicidad para que tenga fuerza y no choque el sonido...Ya me contarás. Beso. Miriam

    ResponderEliminar
  5. Tiene la enorme potencia de la tristeza, pero tu habilidad poética la domina.
    Abrazos y enhorabuena.

    ResponderEliminar
  6. Sí, Myriam, quise que todo fuese blanco para remarcar el hecho de que a los caballos los trajo el hombre blanco, el conquistador que acabó quedándose con todo. Aunque es posible que tengas razón, quizá ese énfasis sobre.
    Besos!

    La tristeza es un caballo muy mañoso, casi tan ladino como un conquistador.
    Retribuyo tus abrazos, Susana

    ResponderEliminar
  7. Patricia, quizás no sobre, sino lo contrario, quizás le falte o a mí el énfasis, me pregunté por qué blanco amarillento, aunque si, ese es el color, pero quizás si dijera blanco se remarcaría más lo blanco de la piel y del caballo o lo blanco amarillento de las dos.Pero son sensaciones, no me hagas mucho caso...
    Besos, Miriam

    ResponderEliminar
  8. Querida Myriam, al blanco le agregué amarillento para luego poder decir bayo, no repetir la palabra caballo.
    (bayo - caballo: horribles rispideces si las hay).

    Agradezco tu atención y retribuyo tu cariño

    ResponderEliminar