lunes, 13 de junio de 2011

La biblioteca - Carla Dulfano


Trabajaba en una biblioteca municipal. La gente sólo pedía prestado algún libro para nivelar la pata gastada de su sillón, y las tapas debían combinar con el tapizado.
Un día en la biblioteca apareció una rata. Todos los días comía partes de libros. Entonces tuve una idea: copié en unas hojas varias páginas del diccionario y dejé que la rata las mordisqueara. Comió algunas palabras y otras las dejó. Finalmente quedó un texto bastante raro. Lo envié a un certamen literario y gané. Así comenzó mi exitosa carrera de escritora.
Ahora los medios me catalogan como “artista de vanguardia”. Sigo trabajando en la biblioteca porque necesito a la rata. Mis obras son famosas y están en la vitrina principal. Mi éxito es rotundo. Ahora los usuarios piden únicamente mis libros, especialmente porque me los editan de todos los colores y siempre hay alguno que combina con un tapizado.

5 comentarios:

  1. Todos tendríamos que tener nuestra rata, pero resulta que que soy fóbico justamente a ese animal. ¿Qué hacer para alcanzar la fama? ¿Una iguana no sirve?

    Espero tu bio y foto, Carla, para que aparezca junto con tus cuentos.

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  2. Que la rata conserve su vida muchos años, si es la garantía de tu éxito. Aunque, quien sabe, cualquier día trasciende esa asociación que os llevais entre las dos y dejas de ser tú el fenómeno para encumbrarla a ella. Saludos cordiales.

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  3. Carla, insisto, voy a tener que inventar alguna palabra nueva para calificarte, porque Genia... ya no alcanza (y lo sos, pero no por causa de una rata, sino por derecho propio) Ahora que si conocés algún animalucho capaz de darme una manito... no voy a quejarme ¿eh?

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  4. Yo conozco a Carla Dulfano y puedo afirmar que no sólo es genial, sino que existe. Incluso recuerdo un día en que me saludó.
    Juan

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