Hoy me puse los ojos de usar zapatos rojos y llovía. Salí, desnudo, a la calle que olía a números imaginarios. Mis brazos comenzaron a susurrar una melodía color sepia, muy parecida a un viejo blues que cantaba Trixie Smith. Quise llorar, sólo por hacer algo distinto, pero no.
Lllegué a la farmacia.
«Pastillas para ser más alto», decía el aviso, «para ser chino, para ser pelado, para tener bigotes, para ser chueco, para ser manco, para ser bizco, para derrotar al enemigo, para perdonar las ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, para bailar sobre el puente de Avignon»
—Caramba —me dije―. Sólo falta que no tengan una simple aspirina.
Tenían. Y también tenían agua. La tomé y miré al cartel, otra vez.
«Pastillas para la acidez estomacal», decía.
Salí a la calle y seguí caminando por un día soleado, completamente chato.
Sobre el autor: Daniel Frini
Sobre el autor: Daniel Frini
El primer párrafo y ya es una maravilla!
ResponderEliminarMuy poético, felicitaciones Daniel.
ResponderEliminarFantástico, Frini. Me encantaron las asociaciones inverosímiles.
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