sábado, 20 de agosto de 2011

La broma – Esteban Moscarda


Se paró en medio de las vías del tren, los brazos extendidos hacia el cielo, como queriendo abrazar la formación que se acercaba tosiendo diésel. Esperó, conteniendo emociones que a priori no podían ser identificadas, si eran de tristeza o locura, gozo o culpa. Y cuando el tren, gritando, puteando, llegó a metros de donde estaba, saltó hacia el terraplén, cagándose de risa.

—Muerte: todavía tengo el derecho de reírme de vos... —gritó, mientras el tren, y la muerte, seguían su camino...

Sobre el autor: Esteban Moscarda

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