Sólo siento el sonido del silencio. El salado sabor de los sollozos traza líneas sinuosas sobre mis labios secos. Surgen recuerdos salvajes que sobrepasan los siniestros rincones salamandrinos y se escapan con sigilo, serpenteando en el suelo de la sala. Simple y sencillamente, su sitio es sustituido por sinfonías de sueños rotos. Sobrepuesta, silabeo sentimientos, sensaciones y subrepticios sofismas.
Sobre el autor: María del Pilar Jorge
Sensacional, María!
ResponderEliminarSaludos!
Cuando terminé el cuento, me di cuenta de que había estado silbándolo.
ResponderEliminarMuy bueno, María, da gusto leerlo.
¡Gracias, amigos!
ResponderEliminarMe encanta la poesía, sobre todo cuando toma por sorpresa a la prosa...
ResponderEliminarmuy bueno María!
Me encantan estos juegos con las palabras, donde abunda una de ellas. En este caso, eSes y eSes para dar y tomar.
ResponderEliminarUn saludo indio