martes, 1 de marzo de 2011
Tuyo es mi corazón – Guillermo Vidal
Entregó su corazón y el amor no tenía nada que ver en el asunto. Se trataba de un trasplante, por una elevada suma que le permitiría cubrir sus deudas, cedió su órgano y quedaría conectado de por vida a una maquina, hasta que pudiera conseguir un reemplazo, con seguridad de segunda, es decir con fallas. El suyo era sano, como nuevo. Cuando despertó en la sala de terapia su mujer no dejaba de reclamarle que no había pensado en ella, que era un hombre sin corazón y en medio del sopor le dijo que lo abandonaba, se iba con el trasplantado, al que había vendido su órgano. No es traición, me voy con lo mejor que tenías, dijo antes de partir y salió sin mirar atrás.
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Excelente, sobre todo el final...
ResponderEliminarBuen cuento, Guillermo.
ResponderEliminarDe acuerdo con la titánica opinión, el final es una vuelta de tuerca muy acertada.