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La cosmología nos indica que hay varios niveles de existencia: el tártaro (que es de salsa) bien en las profundidades; más arriba, el hades de dedos de fuego; luego viene el averno que está cerquita de la superficie. Desde allí empiezan los sucesivos universos hechos de realidad, los cosmos tradicionales, que son casi infinitos; y hacia arriba los sucesivos cielos, primero Asgard, luego el Olimpo, después la Isla de los Bienaventurados, las esferas celestes, el jardín de la manzanita (sigue inviolable, con árbol, serpiente y desnudos), el éter, Neverland, la caverna de los Sueños y el dulce páramo de la Muerte. Coronando el conjunto se encuentra el Empíreo, donde Dios cosecha dioses. El Limbo, sin embargo, no existe: fue un invento de los hombres de ciencia para asustar a los ateos…
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