miércoles, 11 de mayo de 2011

La evolución en los tiempos del génesis - Guillermo Vidal


—Yo le pondría a la bestia de cuello largo y manchas, jirafa, en vez de león.
—¡Otra vez no!
—Me suena mejor.
—Está bien, pero tu nombre queda.
—No me gusta.
—Adama entonces.
—Ni loca.
—Zulema.
—Tampoco.
—Hilda.
—¡NO!
—Elba.
—Me gusta Eva.
—¡Fue el primero que te dije!
—Pero lo pronuncias mal.
Adán se alejo furioso y llamó a Dios.
—La mujer que me diste no me deja en paz hasta que hago lo que ella quiere.
—La conozco, yo la creé.
—Me hace cambiar los nombres todo el tiempo.
—Te entiendo, a mi me sugirió mover montañas, hacerle algunas modificaciones a los animales y también a su aspecto. De verdad quedaron mejor.
—Sí, está más linda.
—Me dio ideas, todo siempre igual era muy aburrido; voy a llamar evolución a los cambios.
—Tanto cambio no me gusta.
—Lo siento son dos votos contra uno —dijo Dios decidido.
Adán furioso fue hasta el árbol del que no podían comer, arrancó un fruto y se lo trago en unos pocos bocados.
—La mujer que me diste me dijo que comer frutas es lo más sano —respondióo cuando fue interrogado.
Y Dios los expulso del paraíso y el varón dominó sobre todo durante mucho tiempo y enterró en el olvido la sabiduría de la creación.

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